jueves, 11 de diciembre de 2025

Una estación de Intendencia escondida en el mapa


Interesándonos por la divulgación y la defensa del amplio patrimonio físico dejado por la GCE en nuestra comarca, le prestamos atención a un resto seguramente poco conocido.

Este nuevo lugar lo descubrimos primero gracias a la fotografía aérea y luego verificamos su existencia sobre el terreno, de esto hace ya más de 10 años. Desde entonces, este sitio militar, que está bastante apartado y se encuentra muy bien camuflado e integrado en su entorno, nos ha atraído poderosamente, a pesar de su modestia.

Como se puede ver en las fotos que aparecen más abajo, se trata de un conjunto de tres o cuatro construcciones relativamente cercanas entre sí, que por su ubicación sobre el terreno y su disposición táctica, nada tuvieron que ver con una posición militar de combate ni de primera línea. Estamos convencidos de que se trata de un conjunto de obras de la época de la guerra civil, levantadas por el Ejército franquista y vinculadas a la Intendencia, necesarias por tanto para asegurar el abastecimiento de la parte sur del sector de su 71 División tras la batalla de Brunete. Así, este grupo de almacenes fue construido justo detrás de la zona donde el extremo derecho de la 71 División del VII Cuerpo de Ejército enlazaba con el extremo izquierdo la 16 División (y luego la 20) del I Cuerpo de Ejército, en torno al poblado, todavía existente, de Perales de Milla. Viendo su ubicación, parece lógico pensar que el campamento o lugar de acopio del que estamos hablando pudo servir para el abastecimiento de esas dos divisiones, con preferencia de la 71 según nuestra teoría, ya que hasta la 16, y luego hasta la 20, que relevó a la 16 en la etapa final de la guerra, se accedía mejor desde los caminos que partían desde la carretera de Brunete a Chapinería.

Para cumplir su misión con las mejores condiciones de seguridad y eficacia, esta estación de Intendencia fue situada al amparo de un monte que impedía la observación republicana y al pie de dos importantes caminos que hoy siguen siendo públicos y transitables, eso sí, con dificultades: el de Majadahonda y el de Madrid. El primero parte de la carretera de Navalagamella a Colmenar del Arroyo y muere en el de Madrid, mientras que este último viene de Colmenar del Arroyo y sigue hacia Quijorna. De esta forma, este puesto de abastecimiento estaba directamente vinculado con Colmenar del Arroyo (menos de 6 kilómetros en línea recta hacia el Oeste), con la casa del Horcajo y la posición “La Peña” (menos de 2 kilómetros en línea recta en dirección opuesta) y con Navalagamella. Desde la batalla de Brunete, y quizás antes también, la 71 División tuvo al pueblo de Colmenar del Arroyo como una de las cabeceras de sus Servicios.

Durante esta batalla, no sería descartable que el camino de Madrid hubiera sido el utilizado por el mando franquista para abastecer a la 150 División (que se hizo cargo del sector de la 71 sobre el río Perales) y para trasladar y desplegar en secreto las unidades de la 4ª Brigada de Navarra frente al mismo río. En la contraofensiva que se inició el día 18 de julio de 1937, estas fuerzas intentaron romper el frente de la 101 Brigada Mixta de la 46 División del Ejército popular en la orilla opuesta del Perales, en la zona del arroyo Valdeyerno, pero fueron rechazadas.

En el modesto centro de Intendencia que nos ocupa, las principales construcciones que encontramos están a pocas decenas de metros del camino de Majadahonda. Tienen la típica forma de las obras de campaña del Ejército sublevado, tan frecuentes en posiciones más avanzadas. Sus techos, cuando todavía existían, eran de bóveda “de catenaria”, la que recuerda al arco de medio punto y a la bóveda de cañón. Las paredes de piedra y cemento, anchas y muy sólidas, hacen pensar en que fueron construidas sin grandes limitaciones de materiales ni de mano de obra (posiblemente de prisioneros de guerra republicanos) y tomando en cuenta el riesgo de posibles ataques artilleros o aéreos.

Aquí y allá, dispersas en torno a los almacenes, hay también varias pequeñas construcciones mucho más precarias, de piedra sin ningún tipo de argamasa. Puede tratarse de chabolas donde durmieron las tropas de Intendencia, o los probables presos republicanos empleados en hacer las obras, o bien pudieron ser pequeños almacenes o cuadras, o todas esas cosas al mismo tiempo.

A unos centenares de metros y al otro lado del camino, junto al arroyo de Santibañez, aparece otra construcción solitaria. Se trata de una cuadra de buenas dimensiones en la que todavía se aprecian bien los numerosos pesebres  y bebederos. No nos arriesgamos a decir si esta obra pertenece también al periodo de la guerra o si ya existía desde antes. Esto último es muy probable, dada la importancia de los caminos públicos citados, la larga tradición de pastoreo y empleo del caballo en estas tierras y el buen acceso a pastos y agua que ofrecía este paraje de Navalagamella.

Hoy, todo este grupo de obras, mucho menos llamativo e importante que la posición La Peña, pero quizás igualmente interesante, permanece olvidado cerca del cruce de los caminos de Majadahonda y Madrid. Allí está desde 1937 o 1938, como detenido en el tiempo, entre preciosos encinares y en medio de un paisaje espectacular que en muchas áreas ha sido prohibido al caminante por las alambradas.

Permitidas por lo que para nosotros es una política económica y de ordenación del territorio equivocada, por toda esta zona están proliferando grandes fincas particulares que muchas veces, al alambrar su perímetro, dificultan el paso por caminos públicos, cuando no los clausuran directamente. Cuando esto ocurre, además de privatizarse al máximo el acceso y el disfrute del medio ambiente, se está limitando o impidiendo el acceso y el conocimiento de lugares que, por su significado histórico, son de interés público. En Brunete en la Memoria conocemos bien la importancia que para la memoria social y familiar tienen los espacios vinculados con “nuestra” batalla y con los frentes anteriores y posteriores a la misma. Basta con repasar la cantidad de peticiones de búsquedas personales que recibimos desde nuestros inicios como colectivo. No pocas de esas peticiones nos llegaron desde familias relacionadas con combatientes de las divisiones republicanas 3, 46, 47 y 69  y de las divisiones franquistas 71, 150, 72, 16, 20 y 4ª Brigada de Navarra, todas las cuales estuvieron presentes en torno al río Perales, en distintos momentos de la guerra.

Además del gusto por compartir esto con quienes leéis este blog, también queremos promover que las administraciones públicas madrileñas concernidas, llegado el caso, velarán para que esta posición de Intendencia  tenga una oportunidad de ser conocida y mantenida, como se hizo con la de La Peña.

Gracias por vuestra atención. Un saludo cordial de Brunete en la Memoria.