Interesándonos por la divulgación y la defensa del amplio patrimonio físico dejado por la GCE en nuestra comarca, le prestamos atención a un resto seguramente poco conocido.
Este
nuevo lugar lo descubrimos primero gracias a la fotografía aérea y luego
verificamos su existencia sobre el terreno, de esto hace ya más de 10 años.
Desde entonces, este sitio militar, que está bastante apartado y se encuentra
muy bien camuflado e integrado en su entorno, nos ha atraído poderosamente, a
pesar de su modestia.
Como
se puede ver en las fotos que aparecen más abajo, se trata de un conjunto de tres
o cuatro construcciones relativamente cercanas entre sí, que por su ubicación
sobre el terreno y su disposición táctica, nada tuvieron que ver con una
posición militar de combate ni de primera línea. Estamos convencidos de que se
trata de un conjunto de obras de la época de la guerra civil, levantadas por el
Ejército franquista y vinculadas a la Intendencia, necesarias por tanto para
asegurar el abastecimiento de la parte sur del sector de su 71 División tras la
batalla de Brunete. Así, este grupo de almacenes fue construido justo detrás de
la zona donde el extremo derecho de la 71 División del VII Cuerpo de Ejército
enlazaba con el extremo izquierdo la 16 División (y luego la 20) del I Cuerpo
de Ejército, en torno al poblado, todavía existente, de Perales de Milla.
Viendo su ubicación, parece lógico pensar que el campamento o lugar de acopio
del que estamos hablando pudo servir para el abastecimiento de esas dos
divisiones, con preferencia de la 71 según nuestra teoría, ya que hasta la 16,
y luego hasta la 20, que relevó a la 16 en la etapa final de la guerra, se
accedía mejor desde los caminos que partían desde la carretera de Brunete a
Chapinería.
Para
cumplir su misión con las mejores condiciones de seguridad y eficacia, esta
estación de Intendencia fue situada al amparo de un monte que impedía la
observación republicana y al pie de dos importantes caminos que hoy siguen siendo
públicos y transitables, eso sí, con dificultades: el de Majadahonda y el de
Madrid. El primero parte de la carretera de Navalagamella a Colmenar del Arroyo
y muere en el de Madrid, mientras que este último viene de Colmenar del Arroyo
y sigue hacia Quijorna. De esta forma, este puesto de abastecimiento estaba directamente
vinculado con Colmenar del Arroyo (menos de 6 kilómetros en línea recta hacia
el Oeste), con la casa del Horcajo y la posición “La Peña” (menos de 2
kilómetros en línea recta en dirección opuesta) y con Navalagamella. Desde la
batalla de Brunete, y quizás antes también, la 71 División tuvo al pueblo de
Colmenar del Arroyo como una de las cabeceras de sus Servicios.
Durante
esta batalla, no sería descartable que el camino de Madrid hubiera sido el
utilizado por el mando franquista para abastecer a la 150 División (que se hizo
cargo del sector de la 71 sobre el río Perales) y para trasladar y desplegar en
secreto las unidades de la 4ª Brigada de Navarra frente al mismo río. En la
contraofensiva que se inició el día 18 de julio de 1937, estas fuerzas intentaron
romper el frente de la 101 Brigada Mixta de la 46 División del Ejército popular
en la orilla opuesta del Perales, en la zona del arroyo Valdeyerno, pero fueron
rechazadas.
En
el modesto centro de Intendencia que nos ocupa, las principales construcciones
que encontramos están a pocas decenas de metros del camino de Majadahonda. Tienen
la típica forma de las obras de campaña del Ejército sublevado, tan frecuentes
en posiciones más avanzadas. Sus techos, cuando todavía existían, eran de
bóveda “de catenaria”, la que recuerda al arco de medio punto y a la bóveda de
cañón. Las paredes de piedra y cemento, anchas y muy sólidas, hacen pensar en
que fueron construidas sin grandes limitaciones de materiales ni de mano de
obra (posiblemente de prisioneros de guerra republicanos) y tomando en cuenta
el riesgo de posibles ataques artilleros o aéreos.
Aquí
y allá, dispersas en torno a los almacenes, hay también varias pequeñas
construcciones mucho más precarias, de piedra sin ningún tipo de argamasa.
Puede tratarse de chabolas donde durmieron las tropas de Intendencia, o los
probables presos republicanos empleados en hacer las obras, o bien pudieron ser
pequeños almacenes o cuadras, o todas esas cosas al mismo tiempo.
A
unos centenares de metros y al otro lado del camino, junto al arroyo de
Santibañez, aparece otra construcción solitaria. Se trata de una cuadra de
buenas dimensiones en la que todavía se aprecian bien los numerosos
pesebres y bebederos. No nos arriesgamos
a decir si esta obra pertenece también al periodo de la guerra o si ya existía
desde antes. Esto último es muy probable, dada la importancia de los caminos
públicos citados, la larga tradición de pastoreo y empleo del caballo en estas
tierras y el buen acceso a pastos y agua que ofrecía este paraje de
Navalagamella.
Hoy,
todo este grupo de obras, mucho menos llamativo e importante que la posición La
Peña, pero quizás igualmente interesante, permanece olvidado cerca del cruce de
los caminos de Majadahonda y Madrid. Allí está desde 1937 o 1938, como detenido
en el tiempo, entre preciosos encinares y en medio de un paisaje espectacular
que en muchas áreas ha sido prohibido al caminante por las alambradas.
Permitidas
por lo que para nosotros es una política económica y de ordenación del
territorio equivocada, por toda esta zona están proliferando grandes fincas
particulares que muchas veces, al alambrar su perímetro, dificultan el paso por
caminos públicos, cuando no los clausuran directamente. Cuando esto ocurre,
además de privatizarse al máximo el acceso y el disfrute del medio ambiente, se
está limitando o impidiendo el acceso y el conocimiento de lugares que, por su
significado histórico, son de interés público. En Brunete en la Memoria
conocemos bien la importancia que para la memoria social y familiar tienen los
espacios vinculados con “nuestra” batalla y con los frentes anteriores y
posteriores a la misma. Basta con repasar la cantidad de peticiones de
búsquedas personales que recibimos desde nuestros inicios como colectivo. No
pocas de esas peticiones nos llegaron desde familias relacionadas con
combatientes de las divisiones republicanas 3, 46, 47 y 69 y de las divisiones franquistas 71, 150, 72,
16, 20 y 4ª Brigada de Navarra, todas las cuales estuvieron presentes en torno
al río Perales, en distintos momentos de la guerra.
Además
del gusto por compartir esto con quienes leéis este blog, también queremos
promover que las administraciones públicas madrileñas concernidas, llegado el
caso, velarán para que esta posición de Intendencia tenga una oportunidad de ser conocida y
mantenida, como se hizo con la de La Peña.
Gracias
por vuestra atención. Un saludo cordial de Brunete en la Memoria.









